La creación de la nueva Secretaría de Inteligencia de Estado en Argentina marca un cambio significativo en el manejo de la inteligencia nacional, disolviendo la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y centralizando funciones bajo la presidencia.
La reestructuración del sistema de inteligencia en Argentina refleja un esfuerzo por modernizar y optimizar la seguridad nacional, un tema crucial en un contexto global de creciente preocupación por la seguridad y el terrorismo. Este cambio puede tener repercusiones significativas en la política interna y la relación del país con sus aliados internacionales.