La policía turca arrestó a 46 personas, incluidos 29 jugadores, en una investigación sobre apuestas ilegales y arreglo de partidos en el fútbol de Turquía, impactando gravemente la integridad del deporte.
Este escándalo pone de relieve los desafíos de corrupción que enfrenta el fútbol en Turquía, un problema que no solo afecta a los clubes involucrados, sino que también puede desincentivar a los aficionados y patrocinadores. La integridad del deporte está en juego, lo que podría tener repercusiones a largo plazo en la liga y su imagen internacional.