Bélgica enfrenta una paralización casi total debido a una huelga de tres días convocada por sindicatos en protesta contra las medidas de austeridad del gobierno, que incluyen recortes en el gasto social.
Este evento resalta la creciente tensión entre los gobiernos y los ciudadanos en Europa, donde las medidas de austeridad están siendo cada vez más cuestionadas. La respuesta masiva de los trabajadores en Bélgica podría influir en movimientos similares en otros países europeos, reflejando un descontento generalizado con políticas económicas que priorizan la reducción del gasto social.