China implementa un nuevo impuesto del 13% sobre los anticonceptivos, como los condones, para incentivar el aumento de la tasa de natalidad y contrarrestar la crisis demográfica.
La introducción de este impuesto refleja la preocupación creciente de China por su envejecida población y la necesidad de revitalizar su economía. Este tipo de políticas muestra un cambio en la estrategia gubernamental para abordar la baja tasa de natalidad, lo que podría tener repercusiones significativas en el futuro demográfico y económico del país.