Científicos han confirmado que un círculo de pozos prehistóricos cerca de Stonehenge es una obra de humanos del Neolítico, utilizando técnicas geofísicas avanzadas. Este hallazgo reconfigura nuestra comprensión de la historia de la región.
Este descubrimiento es crucial para entender las complejidades de las comunidades neolíticas en Gran Bretaña, al sugerir una organización social y ritual más sofisticada de lo que se pensaba anteriormente. Además, resalta la importancia de las técnicas geofísicas en la arqueología moderna para descubrir estructuras antiguas.