A pesar del anuncio de alto el fuego de Donald Trump, los combates entre Tailandia y Camboya han continuado, causando la muerte de al menos 21 personas y la evacuación de 700,000 en la región.
Este conflicto resalta las tensiones regionales en el sudeste asiático y la dificultad de los líderes internacionales, como Donald Trump, para mediar en situaciones de violencia. La escalada de combates también plantea serias preocupaciones humanitarias y de seguridad para ambas naciones.