Un tribunal federal ha determinado que el rediseño electoral de Texas de 2023 es un gerrymandering racial ilegal y ha ordenado usar los mapas de 2021 para las elecciones de 2026, debilitando así la presión de Donald Trump sobre los estados republicanos.
Esta resolución judicial es crucial porque refuerza la importancia de la equidad en el proceso electoral y limita las tácticas que algunos estados, bajo la dirección del Partido Republicano, podrían utilizar para manipular la representación política. Además, establece un precedente sobre cómo se deben manejar los mapas electorales, protegiendo los derechos de las minorías.