El exgerente general de China Huarong International Holdings, Bai Tianhui, fue ejecutado en Tianjin por aceptar sobornos de más de 156 millones de yuanes, destacando la lucha de China contra la corrupción.
La ejecución de Bai Tianhui refleja el compromiso de China de erradicar la corrupción en su sector público, lo que tiene implicaciones profundas para la confianza en el sistema financiero y la gobernanza del país. Este tipo de acciones también subraya la creciente presión sobre los funcionarios para mantener la integridad en la administración pública.