El Liberal Party of Australia ha abandonado su meta de carbon neutrality para 2050, enfocándose en reducir los precios de la energía, lo que refleja una lucha interna entre moderados y conservadores.
La decisión del Liberal Party of Australia de renunciar a la carbon neutrality subraya un cambio significativo en la política climática del país, que podría tener implicaciones en el cumplimiento del Paris Agreement. Además, refleja la creciente presión sobre los partidos conservadores para priorizar la economía sobre las metas ambientales en un contexto de crisis energética.