Escocia logró su primera clasificación a la Copa Mundial de la FIFA desde 1998 al vencer a Dinamarca 4-2, un momento emotivo para el capitán Andrew Robertson tras recordar a su compañero Diogo Jota.
Esta victoria es significativa para Escocia, ya que representa un resurgimiento del fútbol escocés en competiciones internacionales, generando esperanza y orgullo en los aficionados. La clasificación a la Copa Mundial de la FIFA también subraya el potencial y la dedicación del equipo, lo que puede inspirar futuras generaciones de futbolistas.