Incidentes de radar entre aviones de combate de China y Japón en aguas internacionales han incrementado las tensiones en el Indo-Pacífico, lo que podría afectar la seguridad regional.
Estos incidentes subrayan las frágiles relaciones entre Japón y China, con implicaciones significativas para la estabilidad en el Indo-Pacífico. A medida que ambas naciones intensifican su vigilancia y capacidad militar, la posibilidad de un conflicto en la región se vuelve cada vez más preocupante para la comunidad internacional.