El ciberataque que afectó a Jaguar Land Rover ha llevado a la compañía a reportar pérdidas de £485 millones en el tercer trimestre, lo que destaca la vulnerabilidad de la industria automotriz en el United Kingdom.
La situación de Jaguar Land Rover refleja un problema más amplio de ciberseguridad que afecta a empresas en todo el United Kingdom, lo que puede tener repercusiones significativas en la economía y la confianza del consumidor. A medida que la digitalización avanza, la protección contra ataques cibernéticos se convierte en una prioridad crítica para la industria.