La Corte Suprema de los Estados Unidos aprobó el uso de un mapa congresional en Texas que favorece al Partido Republicano y a Donald Trump, bloqueando una decisión inferior que lo consideraba inconstitucional.
Esta decisión resalta las tensiones en torno al rediseño de distritos y su impacto en la representación política en Estados Unidos, especialmente en un contexto electoral donde el control del Congreso es crucial para las agendas de los partidos. Además, subraya el papel significativo que tiene la Corte Suprema en determinar la validez de las prácticas políticas en el país.