La terapia génica en Nueva Zelanda ofrece nuevas esperanzas para combatir la diabetes, una de las crisis de salud de más rápido crecimiento en el país, que afecta a 350,000 personas.
El avance en la terapia génica representa un desarrollo crucial en la lucha contra la diabetes, una enfermedad que no solo afecta la calidad de vida de miles, sino que también tiene profundas implicaciones para el sistema de salud en general. A medida que la diabetes se convierte en una crisis de salud pública, soluciones innovadoras como esta son vitales para mejorar la salud a largo plazo en la población.