El menstrual masking es una práctica controvertida en la que se aplica sangre menstrual en la piel, prometiendo beneficios estéticos, pero carece de estudios clínicos que respalden su seguridad y efectividad.
Este fenómeno resalta la influencia de las redes sociales en la adopción de tendencias de belleza poco convencionales y la necesidad de un enfoque crítico hacia prácticas no comprobadas. La falta de investigación adecuada sobre la seguridad del menstrual masking plantea interrogantes sobre la salud pública y el bienestar de quienes la practican.