Novo Nordisk experimentó una caída del 10% en su valor de acciones tras el fracaso de su fármaco semaglutide en ensayos clínicos para tratar la enfermedad de Alzheimer, un revés significativo para la compañía.
La incapacidad de Novo Nordisk para avanzar en el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer podría limitar su capacidad para diversificar su portafolio de medicamentos y aumentar su cuota de mercado frente a competidores en el ámbito de la obesidad y la diabetes. Esto podría tener implicaciones significativas para la investigación en el tratamiento de la demencia y la salud pública en general.