El presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, y el ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Hakan Fidan, enfatizan la necesidad de unidad islámica para contrarrestar las divisiones que afectan la estabilidad regional.
Este evento resalta la creciente preocupación de Irán y Turquía por la injerencia externa en la región, lo que podría tener implicaciones significativas para la estabilidad del Medio Oriente. La búsqueda de unidad islámica podría resultar en una mayor cooperación política y económica entre estos países, alterando así el equilibrio de poder en la región.