El Reino Unido y Noruega han firmado un pacto de defensa para operar conjuntamente una flota de buques de guerra en la caza de submarinos rusos, protegiendo cables submarinos críticos.
Este pacto es crucial en un contexto de creciente tensión geopolítica en Europa, subrayando la importancia de la cooperación militar entre aliados para enfrentar amenazas comunes. La protección de cables submarinos es vital para la comunicación y el comercio global, haciéndolo un tema de seguridad nacional.