Rusia interceptó casi 300 vehículos aéreos no tripulados ucranianos en un ataque nocturno, lo que provocó la cancelación y retrasos de cientos de vuelos en Moscú, afectando gravemente el tráfico aéreo.
Este evento resalta la escalada del conflicto entre Rusia y Ucrania, con implicaciones significativas para la seguridad en la región y el impacto en el tráfico aéreo internacional. La interrupción de vuelos en Moscú también refleja la vulnerabilidad de las infraestructuras críticas ante ataques con vehículos aéreos no tripulados.