Donald Trump ha autorizado a Nvidia a vender chips avanzados a China, permitiendo que Estados Unidos obtenga un 25% de las ganancias, a pesar de las preocupaciones sobre el avance de la inteligencia artificial en la nación rival.
Este desarrollo es significativo porque representa un cambio en la política de exportación de tecnología de Estados Unidos hacia China, lo que podría tener implicaciones en la carrera por la supremacía en inteligencia artificial. Además, la decisión de permitir la venta de chips avanzados podría influir en la dinámica económica y geopolítica entre ambas naciones.