Donald Trump ha declarado el fentanilo como un arma de destrucción masiva, implementando una orden ejecutiva para intensificar las medidas contra el tráfico de esta sustancia peligrosa.
Esta medida refleja una creciente preocupación por la crisis de opioides en los Estados Unidos, donde el fentanilo ha contribuido a un aumento alarmante de muertes por sobredosis. La designación de fentanilo como un arma de destrucción masiva subraya la urgencia de abordar este problema y podría llevar a nuevas políticas y acciones más contundentes en la lucha contra el tráfico de drogas.