Donald Trump ha propuesto la perforación petrolera en las costas de California y Florida, marcando un cambio significativo en la política energética de EE. UU. tras décadas de inacción, lo que genera preocupación sobre el impacto ambiental.
Este evento es crucial porque marca un cambio en la política energética de EE. UU., enfocándose en el aumento de la producción de combustibles fósiles. Además, plantea serias preocupaciones sobre la sostenibilidad ambiental y la salud de las comunidades costeras, lo que podría tener repercusiones a largo plazo en la política climática del país.