Venezuela aprobó la Ley por Palestina y la Humanidad, abandonando la Corte Penal Internacional, lo que resalta su apoyo a Palestina y su rechazo a las normativas internacionales vigentes.
Este evento subraya el giro de Venezuela hacia una política exterior más alineada con grupos que critican las acciones de la Corte Penal Internacional y otras entidades internacionales, indicando un cambio en las relaciones diplomáticas y un posible aislamiento creciente en la comunidad global.