Venezuela apoya la manifestación en la Casa Blanca que demanda el fin del intervencionismo y la garantía de derechos fundamentales, reflejando la crisis de servicios básicos en Estados Unidos.
Este evento es crucial porque pone de relieve las tensiones entre la política exterior de los Estados Unidos y las necesidades sociales de su propio pueblo. Además, muestra cómo otros países, como Venezuela, utilizan estas manifestaciones para criticar el intervencionismo y abogar por un enfoque más centrado en los derechos humanos.