Hooligans de Genoa e Inter Milan protagonizaron violentos enfrentamientos antes del partido en el Stadio Luigi Ferraris, dejando a varios policías heridos y generando preocupación por la seguridad en la Serie A.
Este evento resalta el problema persistente de la violencia entre aficionados en el fútbol italiano, lo que plantea interrogantes sobre la seguridad en los estadios y la necesidad de medidas más estrictas para prevenir futuros disturbios. La creciente tensión entre hinchas puede afectar la reputación de la Serie A y la experiencia de los verdaderos aficionados al deporte.